El aceite de jojoba procede del prensado en frío de las semillas del arbusto de la jojoba, Immondsia Chinensis. Químicamente, es una cera líquida rica en ácidos grasos de cadena larga y alcoholes. Es especialmente estable a la oxidación y se utiliza en fórmulas cosméticas como donante de lípidos nutritivos. Su carácter ligero hace que se absorba fácilmente sin dejar sensación grasa y la convierte en una base popular en cremas, lociones y productos de limpieza.